MACHU PICHU EN MIS RECUERDOS

4/09/2011 02:09:00 a. m.

La primera vez que fui a MACHU PICHU fue hace más de 30 años cuando tenía veinte. Fue mi viaje iniciático en tren  desde Buenos Aires, no sabía nada del mundo y sólo salía de mi país para veranear en  Punta del Este. Pero ya intuía que esto de los viajes te cambia la vida y la forma de verlo todo.

En esos años , apenas me había subido a un avión , para ir a Uruguay, por lo cual llegar a Perú era una gran aventura. Yo venía de un hogar burgués del centro de la Capital Federal, de un país que desprecia las clases autóctonas de américa, y formada en un sistema educativo que no hacía más que exaltar la cultura Europea.

Así y todo me subí al tren en la estación de Retiro (en el centro de la ciudad) con una amiga que se llamaba Asunción, y no recuerdo si llevaba mochila o qué en esa época. Para mí atravesar el norte de mi país en tren era una auténtica proeza, y lamento no haberme bajado entonces más que en el límite con Bolivia, que es dónde te obligaban a hacerlo y a cambiar de tren. No recuerdo mucho más de ese tramo, supongo que habré tardado un día hasta la frontera, pero era tal la exitación que no me aburrí ni me pareció pesado.
Ya en la frontera tuve el primer “shock” de burguesita porteña trasplantada a lo más profundo de Latinoamérica, pero ya ahí me dí cuenta que todo es relativo, que los valores son inherentes a tu educación, lugar de nacimiento, religión y vivencias. Que no hay nada mejor ni peor, sino que hay diferencias y basta.

Entendí también en ese viaje que el entorno en que naces y vives  marca y define a los humanos , recuerdo profundamente la imagen de esos coyas que veía por la ventana del tren, en medio de la nada, quietos  en medio del campo, seguramente regocijándose del cielo.

Y qué decir de la magnificencia de MACHU PICHU?  Hoy, 30 años después, y habiendo viajado bastante, recuerdo aquel lugar como uno de los más maravillosos del mundo y con una energía inconmensurable. Entendía que ahí se adorara al Sol y no a Cristo, que el aire, el agua y el viento tuvieran categoría de dioses. Cuzco fue un estruendo en mi mente . Blanca, colonial , bella, olorosa, entre decadente y autóctona . Esa plaza , esa catedral, no recuerdo mucho más. Sí recuerdo en cambio mi cobardía de entonces de no haber hecho el camino a MACHU PICHU a pie, como lo hicieron un grupo de turistas de mi pensión. Pero sí tuvimos el olfato de no meternos en el tren turístico , y hacerlo en el tren local, entre campesinos y cabras. Cómo olvidar aquel olor!?

Ayer en ell TRAVELBLOGGERS MEETING DE BARCELONA , reviví ese viaje en una de las charlas de por la mañana.. Vno gente de PROMPERÚ  a contarnos como se preparan para festejar el Centenario del descubrimiento de la ciudadela de MACHU PICHU y  a contarnos cómo es viajar ahora por ese fascinante país del pacífico sudamericano. Y a revivir en el baúl de los recuerdos!!!!

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