Ales Stenar, un lugar entre sagrado y profano en el sur de Suecia

11/11/2012 03:38:00 p. m.

Creo en la magia y en la energía de los sitios sobre todo aquellos que se convierten en objetivo de peregrinación masiva. Ales Stenar, en el sur de Suecia, cerca de Ystad,  es uno de ellos.  Meca de los "New Age" suecos y escandinavos , este énclave en lo alto de una colina , encima del puerto de pescadores de KaseBerga, es uno de esos lugares  en los que experimentas un feeling particular. Y casi me atrevo a afirmar que fue uno de los días más felices de mi viaje a Escandinavia. Asi que algo habrá.



Sobre todo si te llevan allí sin saber a dónde vas. Habíamos quedado con mi amigo Miguel Schklarek y su amigo Jonas, también argentino, exialiado desde hace 36 años en suecia, en que nos llevarían a ver unas piedras vikingas, y ellos hablaban de un recorrido de unos 70 kms al sur de Malmö. Nada más lindo en los viajes , a veces, que dejarse llevar . Nos vinieron a buscar en su coche al hotel, me senté atrás (gran alivio para alguien que va siempre de conductora), e hicimos el recorrido por la E65 en una mañana nublada del mes de agosto. Visiones de campo, llano, en los que desbaratabas tu idea de país industrial y desarrollado: se ve todavía una estructura agraria en esa zona. Coloreaba el paisaje los cuentos de Miguel sobre el escritor 
Henning Mankell , creador del famoso inspector  Wallander ,que se movía por estos escenarios, resolviendo casos de relato negro tan propio de la región. 

Mientras avanzábamos hacia Ystad , también surgió el recuerdo de  Pippi Långstrump de Astrid Lindgren, que ya ha cumplido 60 años en el imaginario de los niños de muchas generaciones, y no solamente suecos. Aunque de unos kilómetros más al norte, Pippi es de estas tierras, y desde entonces ya reivindicaba la rebeldía de la mujer sueca.


Mis guías no recordaban bien la ubicación de las piedras y de la localidad de Kaseberga, y por fin supimos que era pasando Ystad. Toda esa zona, ya cerca de la costa, es zona de segunda residencia de los habitantes de Malmö, hay también buenos campings, y como en todo el país, la naturaleza está en estado puro. 








Aparcamos el coche en una especie de merendero frente al mar en una zona rocosa. Era un lugar muy agradable, había poca gente, y costaba recordar que estábamos en agosto, ya que estaba nublado y fresquito. Era la difusa hora de comer, y lo digo así ya que "donde fueres haz lo que vieres" tenía que funcionar, ya que sino nos quedaríamos sin probar aquel maravilloso plato de........., comido así, al modo local. Disfrutamos de un estupendo almuerzo, con un panorama marino tranquilo y diferente.






Comimos............, por un módico precio. Una vez finalizados nuestros manjares, llegó el momento de subir a ver lo que yo me imaginaba que serían unas piedras vikingas tiradas por el campo, con lo poco que a mí me interesan los sitios arqueológicos. Debíamos sortear otro escollo, y era saber si podíamos subir con mi compañero, que tiene la movilidad reducida , y se mueve en scooter eléctrico.





LAS PIEDRAS DE ALES STENAR




Mis estupendos amigos se empeñaron en que subiera, y empujando para que el motor eléctrico tuviera más fuerza, logramos todos llegar a ver las Ales Stenar, un lugar que me resultó sorprendente, lleno de magia, paz, y donde acaso se acaricia el cielo.Así es que desde allí arriba tienes una visión diáfana de 180 grados de horizonte marino, y 180 grados de horizonte terreno.




Ales Stenar (piedras de Ales) es un enclave de 59 piedras megalíticas dispuestas de un modo  que dibuja un barco de 67 metros de longitud, y 19 de ancho. Son muchas las teorías del significado de estas piedras, desde una tumba en homenaje a un jefe vikingo a un calendario solar, y por supuesto está fuera de dudas que fue un "landmark" en las costas del Báltico




Hay coincidencia en los arqueólogos que estas piedras se colocaron hace 1000 años, al final de la edad de hierro, como una cripta funeraria. Pero hay otra corriente de investigadores que sostiene que el énclave data de hace 2500 años y que sería en la edad de bronce y que sería un calendario astronómico, similar al Stonehenge en Inglaterra. Lo cual indicaría que los escandinavos ya se relacionaban en esa época con el sur de Europa y el mediterráneo.

En efecto se ha comprobado que el sol se levanta y pone en un determinado punto del barco de piedra en los solsticios de verano e invierno, lo cual indicaría que se utilizaba no sólo como calendario para la vida marítima sino también para las plantaciones agrarias. 

Las primeras señas que nos llegan de este espectacular lugar son los dibujos de Gerhard Buhrman  en 1684, y luego los posteriores de Hilfeling en 1777. Pero no fue hasta 1914 cuando se hicieron los primeros registros fotográficos.

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