El Hotel de la Semana : Hotel Convento Cádiz
4/09/2014 03:06:00 p. m.
Dormir en un Convento siempre es una experiencia sugestiva, pero dormir en un convento de dominicos en las puertas de tierra de Cádiz, o sea , al final del continente europeo desde donde partían los galeones para América, es más sugestivo aún. El flamante hotel gaditano inaugurado el verano pasado se ha creado en las instalaciones que sirvieron de alojamiento para los monjes que se embarcaban para "colonizar" el nuevo mundo.
A esos fines fue construído el edificio y así continuó hasta que por falta de vocaciones religiosas hoy en día queda solamente un monje en esta orden en Cádiz, y este hombre condimenta este hotel ya que sigue viviendo aquí.
Los dominicos tienen presencia en Andalucía desde el SXIII, pero es a mediados del XVII cuando se instalan en Cádiz primero fundando un hospicio, y luego , en 1643 comienzan a construir este edificio. Es patrimonio histórico artístico desde 2005, y su patio claustral, es digno de visitarlo aunque no te alojes en el hotel.
Para la pervivencia de este maravilloso convento , no sólo por su estructura sino por su énclave, se programó convertirlo primero en una residencia de ancianos. Para tal fin se hizo la reforma, y se lo dotó de todas las facilidades de accesibilidad que se dan a este tipo de usuarios. Así es que nos encontramos con un enorme ascensor en el que cabe una camilla, todos los baños tienen placa de ducha, y se han salvado todos los obstáculos.
Estas comodidades que en principio son un plus para personas con movilidad reducida, se han convertido en un handicap a la hora de clasificar al hotel, ya que al no tener ninguna habitación con bañera, le ha tocado la pobre clasificación de Hotel con 1 *.
Nada menos acertado en cuanto a las sensaciones del establecimiento por lo singular de su edificio, y también en cuanto al servicio, que tiene un notable alto. La falta de lobby, de estancias comunes, de momento, en la temporada cálida (que en Cádiz es de 8 meses) se solucionará con un Bar Lounge que están abriendo en el patio.
A la vez el hotel cuenta a la espalda de la recepción con una capilla desconsagrada, que está cumpliendo como espacio multifunción, donde en los días de mi estancia estaban montando una espectacular mesa para una cata de vinos.
Las habitaciones son amplias, decoradas sobriamente y con líneas puras, y si he de poner alguna pega, son los tonos naranjas de algunos sofás que no me han gustado. El comedor donde se sirve el desayuno es simpático, bien iluminado, y la oferta de la primera comida de la mañana está muy bien dotada de alimentos frescos, frutas y café expreso de máquina autoservicio. Hay 3 mesas puestas fuera, en el corredor, que te permite una vista original hacia el patio.
Me pareció un condimento adicional al Hotel, una visita a la basílica de Santo Domingo que está adosada al edificio, y que en los días previos a Semana Santa tiene montado la Santa Cena que es de los pasos más realistas que he visto de la Semana Santa Andaluza.
A esos fines fue construído el edificio y así continuó hasta que por falta de vocaciones religiosas hoy en día queda solamente un monje en esta orden en Cádiz, y este hombre condimenta este hotel ya que sigue viviendo aquí.
Los dominicos tienen presencia en Andalucía desde el SXIII, pero es a mediados del XVII cuando se instalan en Cádiz primero fundando un hospicio, y luego , en 1643 comienzan a construir este edificio. Es patrimonio histórico artístico desde 2005, y su patio claustral, es digno de visitarlo aunque no te alojes en el hotel.
Para la pervivencia de este maravilloso convento , no sólo por su estructura sino por su énclave, se programó convertirlo primero en una residencia de ancianos. Para tal fin se hizo la reforma, y se lo dotó de todas las facilidades de accesibilidad que se dan a este tipo de usuarios. Así es que nos encontramos con un enorme ascensor en el que cabe una camilla, todos los baños tienen placa de ducha, y se han salvado todos los obstáculos.
Salón comerdor |
Estas comodidades que en principio son un plus para personas con movilidad reducida, se han convertido en un handicap a la hora de clasificar al hotel, ya que al no tener ninguna habitación con bañera, le ha tocado la pobre clasificación de Hotel con 1 *.
Nada menos acertado en cuanto a las sensaciones del establecimiento por lo singular de su edificio, y también en cuanto al servicio, que tiene un notable alto. La falta de lobby, de estancias comunes, de momento, en la temporada cálida (que en Cádiz es de 8 meses) se solucionará con un Bar Lounge que están abriendo en el patio.
A la vez el hotel cuenta a la espalda de la recepción con una capilla desconsagrada, que está cumpliendo como espacio multifunción, donde en los días de mi estancia estaban montando una espectacular mesa para una cata de vinos.
Las habitaciones son amplias, decoradas sobriamente y con líneas puras, y si he de poner alguna pega, son los tonos naranjas de algunos sofás que no me han gustado. El comedor donde se sirve el desayuno es simpático, bien iluminado, y la oferta de la primera comida de la mañana está muy bien dotada de alimentos frescos, frutas y café expreso de máquina autoservicio. Hay 3 mesas puestas fuera, en el corredor, que te permite una vista original hacia el patio.
Me pareció un condimento adicional al Hotel, una visita a la basílica de Santo Domingo que está adosada al edificio, y que en los días previos a Semana Santa tiene montado la Santa Cena que es de los pasos más realistas que he visto de la Semana Santa Andaluza.
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