Me encantan esos museos en los que a veces el continente es tan interesante como el contenido; así la experiencia artística se multiplica. Ni qué decir cuando ambas se complementan, y expanden la vivencia museística hacia la tienda y hacia su cafetería/bar; ésto en el Museo Casa Lys sucede a la perfección.
En mis visitas a Salamanca, dejaba siempre para el final la visita a esta colección de Art Decó y Art Nouveau, acaso porque no vinculaba bien qué tenía que hacer esta época artística en esta ciudad.
Es inevitable en tus paseos por la ciudad, sobre todo si caminas o vienes en coche al centro por el lado sur . La vista del edificio desde el Paseo del Rector Esperabé llama siempre la atención hasta al más incauto, pues la fabulosa cristalera de colores con que se ha coronado la rehabilitación de la casa palacio es ya una de las señas de identidad de esta ciudad.
En efecto, el Ayuntamiento de Salamanca es uno de los principales actores del rescate de este espléndido edificio de finales del siglo XIX, que pasó décadas de ignominia, con el riesgo de su absoluta destrucción.
UN POCO DE HISTORIA
Esta bella casa es la seña de identidad de una época de esplendor económico, y un poco el capricho de un próspero empresario de la curtiduría llamado Miguel Lis . Gracias a la sintonía que sintió con un arquitecto andaluz radicado en Salamanca, llamado Joaquín de Vargas, salió de ambos esta singular vivienda que conjugó un modo de hacer y distribuir las estancias a la andaluza, y a la vez un modo de atreverse a lo más vanguardista de esa época como era la construcción de cristaleras en hierro.
La afición de ambos a las vanguardias están a la vista. La casa tiene en su fachada norte un espléndido trabajo de herrería Art Nouveau, que ensamblan con las molduras modernistas de la puerta principal. La vivienda llama la atención en un contexto como Salamanca, y es la más destacable de esa época.
Pero donde la "mansión" del señor Lys se convierte en un portento de avanzada y de imaginación constructiva es en su fachada sur, ya que en principio hubo de superar los desniveles de la barranca de la ciudad. El diseño no sólo es espectacular sino también útil, ya que la inmensa altura se fue aliviando con bonitas terrazas desplegadas a partir de una escalera y puerta central, que lo mejor es verlo en la siguiente imagen:
Toda esa locura arquitectónica es disfrutable también desde el interior, ya que en este espacio ninguna floritura es inútil. En la actualidad esa parte es utilizada con criterio, y sobre todo se ensambla en la ciudad y con sus ciudadanos a través del bar cafetería, que con sus increíbles terrazas te permiten ver la ciudad con inigual perspectiva.
La cafetería interior merece un capítulo aparte, ya que fue diseñada a modo de café vienés, aunque a mí me hizo acordar a los más bellos salones de la Praga de los años veinte.
LA FUNDACIÓN
Este museo no sería lo que es , sin el aporte de la colección de Manuel Ramos Andrade, un salmantino ecléctico y mundano, que a pesar de su origen humilde se movió por el planeta y terminó desarrollando su faceta de anticuario en Sydney.
Donó la colección a la Fundación que hoy lleva su nombre y es la que gestiona el Museo.
EL MUSEO PROPIAMENTE DICHO
Seguramente porque es un arte más cercano en el tiempo y más accesible en lo que hace a usabilidad, el Art Decó y el Art Nouveau ha sido un arte que me ha fascinado.
Recorrer las 19 salas de este Museo es hacer un paseo por todas las vertientes desarrolladas por este arte decorativo hecho en talleres europeos. Joyas de Masriera o Faberge, vidrios iridiscentes de los talleres Loetz, Kralik, Pallme König o de la escuela de Nancy con piezas de Émile Gallé, los Hermanos Daum o Paul Nicolas. Muebles de Homar, Majorelle, Busquets. Porcelanas de Rosenthal, Royal Copenhagen, Mariano Benlliure, Gustave Guetant o Zuloaga. Puedes ver también los muebles de René Lalique o los importantes vidrios de Emile Gallé de capas superpuestas.
Una sala sorprendente es la colección de muñecas de porcelana del siglo XIX, de la colección de Ramos Andrade.
Y por supuesto, el Art Decó no sería pleno ni completo sin mis preferidas , las bailarinas orientales.
Los horarios del Museo son bastante amplios: de 11 a 14, y de 17 a 20 hasta mitad de octubre, y de 17 a 19 en invierno. Los precios son moderados: los adultos pagan 4 Euros y los niños 2 euros.
Para alojarte, te cuento mi inmejorable experiencia en el Hotel Don Gregorio
En mis visitas a Salamanca, dejaba siempre para el final la visita a esta colección de Art Decó y Art Nouveau, acaso porque no vinculaba bien qué tenía que hacer esta época artística en esta ciudad.
La bellísima cristalera del patio central de la casa |
La galería de la primera planta |
Es inevitable en tus paseos por la ciudad, sobre todo si caminas o vienes en coche al centro por el lado sur . La vista del edificio desde el Paseo del Rector Esperabé llama siempre la atención hasta al más incauto, pues la fabulosa cristalera de colores con que se ha coronado la rehabilitación de la casa palacio es ya una de las señas de identidad de esta ciudad.
En efecto, el Ayuntamiento de Salamanca es uno de los principales actores del rescate de este espléndido edificio de finales del siglo XIX, que pasó décadas de ignominia, con el riesgo de su absoluta destrucción.
UN POCO DE HISTORIA
Esta bella casa es la seña de identidad de una época de esplendor económico, y un poco el capricho de un próspero empresario de la curtiduría llamado Miguel Lis . Gracias a la sintonía que sintió con un arquitecto andaluz radicado en Salamanca, llamado Joaquín de Vargas, salió de ambos esta singular vivienda que conjugó un modo de hacer y distribuir las estancias a la andaluza, y a la vez un modo de atreverse a lo más vanguardista de esa época como era la construcción de cristaleras en hierro.
La afición de ambos a las vanguardias están a la vista. La casa tiene en su fachada norte un espléndido trabajo de herrería Art Nouveau, que ensamblan con las molduras modernistas de la puerta principal. La vivienda llama la atención en un contexto como Salamanca, y es la más destacable de esa época.
Pero donde la "mansión" del señor Lys se convierte en un portento de avanzada y de imaginación constructiva es en su fachada sur, ya que en principio hubo de superar los desniveles de la barranca de la ciudad. El diseño no sólo es espectacular sino también útil, ya que la inmensa altura se fue aliviando con bonitas terrazas desplegadas a partir de una escalera y puerta central, que lo mejor es verlo en la siguiente imagen:
Toda esa locura arquitectónica es disfrutable también desde el interior, ya que en este espacio ninguna floritura es inútil. En la actualidad esa parte es utilizada con criterio, y sobre todo se ensambla en la ciudad y con sus ciudadanos a través del bar cafetería, que con sus increíbles terrazas te permiten ver la ciudad con inigual perspectiva.
Salón mirando al sur |
La cafetería interior merece un capítulo aparte, ya que fue diseñada a modo de café vienés, aunque a mí me hizo acordar a los más bellos salones de la Praga de los años veinte.
LA FUNDACIÓN
Este museo no sería lo que es , sin el aporte de la colección de Manuel Ramos Andrade, un salmantino ecléctico y mundano, que a pesar de su origen humilde se movió por el planeta y terminó desarrollando su faceta de anticuario en Sydney.
Donó la colección a la Fundación que hoy lleva su nombre y es la que gestiona el Museo.
EL MUSEO PROPIAMENTE DICHO
Seguramente porque es un arte más cercano en el tiempo y más accesible en lo que hace a usabilidad, el Art Decó y el Art Nouveau ha sido un arte que me ha fascinado.
Recorrer las 19 salas de este Museo es hacer un paseo por todas las vertientes desarrolladas por este arte decorativo hecho en talleres europeos. Joyas de Masriera o Faberge, vidrios iridiscentes de los talleres Loetz, Kralik, Pallme König o de la escuela de Nancy con piezas de Émile Gallé, los Hermanos Daum o Paul Nicolas. Muebles de Homar, Majorelle, Busquets. Porcelanas de Rosenthal, Royal Copenhagen, Mariano Benlliure, Gustave Guetant o Zuloaga. Puedes ver también los muebles de René Lalique o los importantes vidrios de Emile Gallé de capas superpuestas.
Una sala sorprendente es la colección de muñecas de porcelana del siglo XIX, de la colección de Ramos Andrade.
Y por supuesto, el Art Decó no sería pleno ni completo sin mis preferidas , las bailarinas orientales.
Los horarios del Museo son bastante amplios: de 11 a 14, y de 17 a 20 hasta mitad de octubre, y de 17 a 19 en invierno. Los precios son moderados: los adultos pagan 4 Euros y los niños 2 euros.
Para alojarte, te cuento mi inmejorable experiencia en el Hotel Don Gregorio
- 10/19/2014 03:09:00 a. m.
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