Estepa me sigue pareciendo uno de los municipios más sorprendentes de la provincia de Sevilla, no sólo porque en este momento de la campaña navideña se encuentran a pleno empleo, sino porque existen iniciativas tan "extra-ordinarias" como la del Museo del Chocolate creado por el propietario de la no menos "extra-ordinaria" La Despensa de Palacio.
Llamarle fábrica a este delicado despacho de dulces navideños sería poco apropiado, porque para mí es más bien un exhuberante horno de crear delicias golosas para paladares exigentes , en una región más bien dedicada a los gozos salados. Conocida por todos los adeptos a estos detalles de Navidad, La Despensa de Palacio es una de esas empresas que se reconoce en la denominación de origen Estepa, pero que gracias al afán creativo y emprendedor de su propietario Antonio Rivero , ha dado una vuelta de tuerca a la producción clásica de la zona y se ha metido a desarrollar productos de confitería que tengan activa su producción durante el año.
LA DESPENSA DE PALACIO es una productora de dulces relativamente reciente, comparada con otras fábricas más ancestrales de esta localidad. Surge en la década de los noventa, y coge el nombre de haber sido despensa y proveedora del palacio de los marqueses de Estepa, mientras fueron tales. Una vez acabado el marquesado, familiares de Antonio compraron el horno del Palacio y ahí comienza a desarrollarse el embrión de lo que es hoy esta prestigiosa empresa.
De origen panadero, Antonio llevó más allá su afán por conocer el mundo del dulce y se especializó en el chocolate (ver vídeo) , y producto de su pasión por este alimento, abrió un fantastico Museo llamado CHOCOMUNDO al ladito de la Despensa en sus naves del Polígono Sierra Sur.
Apenas sales de la A92, en la salida 105, desembocas en la calle Alfajor, y a mano izquierda en el Nº14 te encuentras con el fantástico emporio de esta familia. Antes de visitar el museo, entramos en la tienda que está puesta con delicadeza y con un toque de reminiscencias del pasado. Al entrar percibes el olor a canela, y por las puertas del fondo puedes entrever el trajinar de las artesanas en sus labores.
Apenas sales de la A92, en la salida 105, desembocas en la calle Alfajor, y a mano izquierda en el Nº14 te encuentras con el fantástico emporio de esta familia. Antes de visitar el museo, entramos en la tienda que está puesta con delicadeza y con un toque de reminiscencias del pasado. Al entrar percibes el olor a canela, y por las puertas del fondo puedes entrever el trajinar de las artesanas en sus labores.
Trepidante es el ritmo de venta en estos días, y en sus vitrinas aprecias que se especializan en un packaging especial, de colección, sobre todo las ya legendarias cajas metálicas, para las que se diseña un modelo diferente cada año. Los bocetos salen también de la mente creativa de Antonio , que luego termina de plasmar un diseñador gráfico.
Antonio arrastra en su formación toda la impronta que le ha dado venir coleccionando desde pequeño todos los objetos y artilugios que giran alrededor del chocolate. Fascinado y atraído por tan preciado alimento, desde hace pocos años ha creado en un edificio de traza modernista del SXIX, aledaña a la Despensa, este curioso museo, en el que puedes recorrer la historia del chocolate, que en definitiva es la historia del encuentro de 2 mundos: América y Europa, o sea, del cacao con el azúcar.
Representaciones del tratamiento del cacao en América pre-colombina
En la planta baja tiene una sala de proyección para ver un documental que nos cuenta la historia de este producto , y una sala contigua con una detallada colección de carteles de cine de películas que llevan por título chocolate.
Desde una ventana , se puede ver todo el proceso de cómo el cacao se va convirtiendo en chocolate en las áreas de fabricación de La Despensa de Palacio. En el piso de arriba, llegamos al área explicativa de todo el proceso del descubrimiento de la planta del cacao y la fusión con el azúcar que llevaron los españoles a América. Hay otro espacio dedicado a los ingredientes que acompañan al chocolate, como la canela y la vainilla.
La parte más detallista , y más encantadora para mí, es cuando pasamos a las áreas expositivas, en las que accedemos a ver la maravillosa colección de Antonio de todo tipo de instrumentos, utensillos, y elementos relacionados al consumo del chocolate. Hay una sala dedicada utensillos que se utilizaron desde el SXVII a fabricar el marrón elemento. A continuación pasamos por las vitrinas de los moldes de hierro, barro y cobre para hacer figuras de chocolate o bombones. Luego podemos ver la parte dedicada a las artes gráficas que han acompañado al chocolate y podemos apreciar la belleza de una colección de cromos que venían acompañando al alimento por los siglos de los siglos.
Luego , hay otras salas dedicadas a las chocolateras, y fantásticas vajillas donde se ha consumido esta preciada bebida. Para finalizar, nos adentramos en el encantador mundo de los estuches que han albergado los encantos de bombones, onzas y tabletas, dando alas a las fantasías más diversas como podeís ver en las fotos que siguen:
Sólo atienden visitas concertadas, para lo cual podeís contactar con el teléfono 955 914 525.
Si visitan Estepa, tal vez os interese profundizar sobre las particularidades de la tradición del dulce navideño fabricado en esta localidad , en mi post Estepa tiene un sabor especial .
- 12/29/2014 02:22:00 a. m.
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