- 12/22/2010 11:55:00 a. m.
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- 12/16/2010 01:07:00 p. m.
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Era algo así como mi veinteava vez en esta ciudad y me he
dado cuenta que cuando estoy allí soy FELIZ, feliz por ser humana, feliz por la
dimensión de la belleza que somos capaces de crear, feliz porque me siento en
mínima medida parte de esa aventura de crear o percibir belleza, feliz porque
me encuentro en el que para mí es el epicentro del desarrollo socio cultural al
que las personas podemos aspirar: democracia, estado laico, Res Pública, arte,
cultura, civismo.
En Paris tengo siempre la percepción sublime de la belleza
del hábitat urbano, el estímulo permanente de la cultura, en cada rincón que
miro, porque acceder a ese “feeling” no sólo se accede al ir a un Museo, sino
que lo descubres caminando por cualquier callecita, mirando escaparates o tal
vez en una publicación perdida que te encuentras tirada en la mesa de un bar. A
cada paso hay un estímulo, un disparador al pensamiento , a las sensaciones.
En este viaje los objetivos (aparte de los profesionales)
eran pocos: la retrospectiva de Monet en el Grand Palais, y la Paris navideña. Así que
apenas dejamos las cosas en el hotel Pavillon du Louvre, en la calle Molliere,
nos fuimos caminando por la fantástica Rue de Saint Honoré hacia Champs Ellisees (a un costadito se
encuentra el Grand Pallais). Así íbamos matando todos los pájaros del mismo
tiro, porque yo sabía que lo que había que ver eran las luces de los Campos
Eliseos.
Magnifico paseo por los escaparates navideños de una de las
calles más chics de la capital francesa, donde puedes apreciar que la
creatividad se encuentra por doquier.
Al llegar a la Place de la Concorde, te encuentras que además de iluminación hay
un mercado navideño, como el de cualquier gran ciudad europea, que para mi
gusto era demasiado vulgar para ser en Paris. Kiosquitos sobrios, blancos,
mercancía bastante cuidada, aunque no faltaban los stand de chinos con gorritos
y bufandas, y en lo comestible, muchos crepes, vino caliente (versión importada
de Alemania), también salchichas a las brasas, y algo de embutidos y quesos.
Era domingo, y por supuesto, la “follie”.
Retrospectiva de Monet
Por suerte, había manera de escaparse de la vulgaridad, y
allí mismo , por un caminito llegas al Grand Pallais. Sabíamos que las entradas estaban agotadas, ya no se venden más “on-line”
a pesar de que la muestra acaba el 24 de enero. La RMN (Reunion de Museos
Nacionales) ha hecho este gran esfuerzo de juntar un montón de obras
desperdigadas por museos del mundo para ensamblarlas en una muestra exquisita.
Porque allí puedes apreciar series completas,
paisajes pintados a diferentes horas del día, y series desconocidas como
las naturalezas muertas , o su arte figurativo.
Aprovechando el “handicap” de mi marido, sabiendo que en
Francia no pagan entrada ni los afectados ni el acompañante, nos acercamos a la
puerta principal (con escaleras) , y nos mandaron a la puerta B, desde allí nos
acompañaron por una serie de pasillos, hasta la puerta de la exposición, nos
pidieron la tarjeta de “minusvalía” que no tenemos, pero visto el realismo de
la situación, nos dejaron pasar, sin pagar entrada, y sobre todo sin tener
posibilidad de comprarla, dado el “overbooking” del evento.
Entras a la sala , y gran golpe de efecto, aquello parecía
el Corte Ingles el 5 de enero. Nunca he visto una exposición rodeada de tanta
gente, haciendo cola para ver cada cuadro. Entran entre 6000 y 8000 personas
por día, pero, aún así, vale la pena.
RECOMENDACIONES:
-
Plantarse en la puerta del Museo, a pesar de no tener
entrada. A medida que van viendo hueco en las mareas humanas, van dejando pasar
gente. Coger la audio-guía, que vale 3€, o descargarla on line, si teneís
i-pod. Visitar la página web del Grand Palais, que es estupenda. (video)
Al salir nos encontramos de lleno en las luces navideñas de
Champs Ellysees, y la verdad es que no me pareció nada extraordinario: la deuda
que tiene Ruiz Gallardón en su ayuntamiento la dedicó en parte a ornamentar
Madrid con luces natalicias, y son realmente extraordinarias.
Y volviendo ya para el hotel, y escapandonos de la bulla
comercial de champs Ellisses nos metimos en la galeria que lleva el nombre de la Avenida , en el número 26, y es imperdible , la exposición del artista francés Bruno Catalano, ( www.brunocatalano.com) en la Galería Bartoux, en la que presenta parte de su colección "LOS VIAJEROS"
- 12/15/2010 11:43:00 a. m.
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Por fin, la demorada escapada a Paris del otoño, con la excusa de comprar los accesorios de moda tan originales que encuentro para mi tienda, pero sobre todo para saciar el vicio que para mí es la capital Francesa.
El hotel lo hemos reservado en www.atrapalo.com , donde generalmente cojo mis hoteles. me gusta su página, cómo está organizada, y sobre todo cómo me permite visualizar la ubicación de los hoteles. En cambio, cuando voy a Italia, prefiero www.venere.com, que también me deja buscar el alojamiento , según el barrio de la ciudad que elija.
Vuelo de Vueling, mi línea low cost favorita, ya que ofrece destinos interesantes desde Sevilla, y si bien no es tan de bajo costo como Ryanair, es mucho más permisiva con el equipaje (admite 23kg en la maleta despachada), 10 kg en la de cabina, y a las mujeres nos deja llevar nuestro bolso en la mano. Pero Ryanair merece otra entrada al respecto. Porque no sólo la Maleta de Constanza encuentra problemas al viajar en la línea irlandesa, sino todo dios que tenga el "valor" de llevar algo en la mano a la hora de embarcar.
Una recomendación a quienes viajan a Paris con Vueling es chequear siempre a qué Aeropuerto se arriva. El año pasado me pasó, confiada en que siempre me llevaba a Orly, que estando ya embarcada me entero que nuestro destino era Charles de Gaulle. Pues ahora me he fijado bien, y luego de idas y vueltas, han vuelto al aeropuerto situado al norte de la Capital, que es muchísimo más singular, pero más feo, más antiguo, y más incómodo para llegar. Incómodo en este caso quiere decir , con más tráfico.
Como esta vez no hemos alquilado coche, ya que no nos moveremos de la capital, y contando con que voy con una persona con minusvalía, y que viajamos con un Scooter, he decidido volver a experimentar con tomar el Shuttle, un servicio muy interesante para llegar o salir de los aeropuertos. En este caso, será un servicio compartido, que nos cobra 18€ por persona pero nos deja en la puerta del hotel. De la misma manera, al volver, te recojen en tu alojamiento y te llevan a la estación aérea. Hay que considerar, que el autobús que te lleva a Opera cuesta 11€.
Lo he contratado por teléfono (también puede ser on line en (www.shuttleparis.com) me han dado un número de reserva, y un número gratuito donde debo llamar cuando llevo para que nos vengan a recoger. Mañana os cuento cómo fue el servicio.
- 12/01/2010 11:49:00 a. m.
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Bilbao es una ciudad sorprendente para quien llega con el "pre-juicio" de que es una ciudad industrial, fea, oscura. Esos eran los adejtivos que yo había escuchado sobre la capital de Vizcaya y que las dos veces anteriores que había entrado en ella para ver el Guggenheim intuía que no eran ciertas.
Ésta vez la meta era Bilbao, no sólo para ver la obra de Frank Gehry por dentro ,sino para sentir la ciudad que me referenciaban por otro lado otras personas curiosas que he conocido ultimamente nacidas allí.
- 11/28/2010 02:07:00 p. m.
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